¿Traductor-a, dónde está tu creatividad?
¿Dónde está mi creatividad? ¿Dónde está la tuya?
No hablo aquí de la creatividad en la propia escritura o en el proceso de traducción sino de la creatividad que necesitas a la hora de buscar clientes.
No soy una de estas gurús que hablan en los TED Talks más prestigiados más bien soy una hormiga que vive de la traducción y del freelancing. A veces encuentro tesoros, a veces me topo con un desierto de arena. Me muevo según mi sentido común.
La creatividad a la hora de buscar clientes requiere improvización, organización, disciplina y confianza en sí mismo. El cliente te espera en los lugares menos pensados. Salte de todos estos foros más concurridos y ponte a caminar a orillas del camino donde las plantas crecen de manera silvestre.
Busca lo impensable.
Lo impensable se puede encontrar en el noticiero que menciona un evento internacional que tiene que ver con tus especialidades, en los nombres de las contrapartes de vanguardia que menciona el artículo que estás leyendo, en estos famosos pies de página que todo el mundo ignora, en los jardines interiores del imperio LinkedIn, en el cotorreo de nuestros colegas…allá…abajo de la página de un blog, en las dos o tres palabras milagrosas que tecleas en la red para buscar a los que mueven el rubro en el cual traduces. ᵢHasta en tu periódico local más conservador y provinciano puedes encontrar clientes potenciales!
En los clusters económicos, industriales, culturales de tu región o en las “pirámides” del conocimiento de las universidades, están tus clientes.
Como traductora me desempeño en tres grandes rubros: la cooperación internacional, el medio ambiente y los derechos humanos de la mujer. Tres grandes rubros a veces apocalípticos que reflejan las grandes luchas de nuestra Humanidad pero también tres autopistas de la información que me dan una lista infinita de clientes futuros.
La búsqueda de clientes nuevos desemboca en donde la mente te lleva. Sin timidez y tampoco con megalomanía. Simplemente con imaginación.